En lecturas anteriores, hemos comentado temas de espiritualidad y crecimiento personal, buscando acercar al lector a cuestionamientos de carácter existencial y reforzando características positivas en el rubro del desarrollo humano, para ello, nos basamos en una serie de podcast provistos por nuestros terapeutas, complementados con la lectura de distintos artículos y libros.

Acerquémonos al cuestionamiento personal, permitámonos abrirnos a la lectura en el rubro psicológico y espiritual, aceptando y reconociendo nuestros puntos débiles, así como trabajando para fortalecer las áreas con las que nos sentimos cómodos. 

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Dicho lo anterior, podemos retomar la lectura en torno a los acuerdos mencionados anteriormente, que fueron tres y que en general, se traducen en la búsqueda de una mejora espiritual, a través de los cuestionamientos y la lectura activa de información útil para la vida cotidiana. 

Un acuerdo más

Los tres acuerdos siguientes nacen del primero: No te tomes nada personal. Suceda lo que suceda a tu alrededor, no te lo tomes personalmente; si alguien que no te conoce y te ofende, en realidad se está ofendiendo a sí mismo porque no refleja más que proyecciones personales cuando habla negativamente sobre ti. 

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Lo importante es reflexionar en que puedes llegar a creer las opiniones ajenas, cuando no son ciertas, no son importantes y no aportan nada positivo a tu personalidad o autoconcepto. Fortalecer la mente, en ese sentido, te ayudará a centrar tus pensamientos en los rubros importantes de la vida, que te permitan crecer espiritualmente, continuar informándote y avanzar en el sentido de la salud mental y psicológica.  

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Tomar las cosas personalmente, puede significar que estás de acuerdo con los pensamientos y comentarios negativos que se manifiestan en contra tuya. Demuestra que cuestionas las acciones y decisiones que tomas o las cosas que posees, por lo que quizás, de manera inconsciente lo escuchas o lo creías desde tiempo atrás. Además, prestar oídos a esos comentarios, únicamente te llevará de nuevo a un espacio oscuro, donde te trates o percibas de mala manera. Otro tema, es que  permitir que este tipo de ideas, pensamientos o comentarios entren en tu mente, cambiará tu óptica hacia un espacio negativo, donde el prejuicio y la preconcepción prevalezcan por encima de una realidad. 

Separándose del ego

Tomarse las cosas personalmente es la máxima expresión de egoísmo, pues significa que sentimos que todo gira a nuestro alrededor, cuando claramente no es así. Otro tema importante a analizar, es que nos criaron para tomarnos todo de forma personal y por ende, afirmar que somos responsables de todo, partiendo únicamente del “yo, yo, yo”. 

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Aunque el diálogo interno tiene mucho que ver en este sentido, viene complementado con esas ideas de que todos nos miran, todos ponen atención en lo que hacemos o que todos opinan negativamente de nosotros. Para comprender mejor lo que se quiere expresar, es necesario explicar que a veces tenemos un diálogo interno duro e inquisitivo, es decir, una voz interna que nos juzga, nos ataca y nos aprehende. Lo anterior, aunado al hecho de que creemos que todo gira en torno a nosotros, puede ser la mezcla perfecta para una autodestrucción espiritual, pues hay un delirio de que todos nos miran, nos juzgan y reprueban nuestros actos u opiniones igual que lo hace nuestra voz interior. 

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Primero que nada, hay que reconocer y aceptar que nadie hace las cosas por nosotros, lo hacen por ellos mismos, pues es importante reconocer que todos vivimos en nuestro propio sueño, nuestra propia realidad o en nuestra propia mente. Pensemos que los demás están viviendo en su propia óptica, basada en su particular historia de vida, así como una mezcla de su perfil psicológico, su niñez, su presente y su diálogo interno. 

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Al tomarnos personalmente las cosas, suponemos que el otro sabe qué hay en nuestro mundo y queremos imponer nuestros pensamientos, criterios e ideas, en un gesto puramente ególatra, pero inconsciente e inclusive, automático. 

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Más grande que la crítica

Cuando una situación parece muy personal, por ejemplo, cuando alguien te ofende directamente, habla de él mismo y de su programación, de ese discurso personal que comentamos párrafos arriba; lo que nos lleva a entender que esas opiniones o ataques no tienen que ver contigo, por ello, no te lo tomes personalmente, pues aunque esa persona hable de ti, se refiere a sus propios sentimientos y pensamientos, refleja su personalidad y autoconcepto a través del ataque, volviendo a su niñez y al “berrinche” que no fue escuchado en su momento y al sentirse escuchado o reafirmarse a través de la minimización del otro. Te envían veneno, que si decides tomarlo personalmente, logra su cometido, por lo tanto, no debes recibirlo y al tú rechazarlo, avanzarás a un nuevo escenario de claridad mental que te permita centrarte y crecer en otros sentidos de tu espiritualidad y día a día. 

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