En el artículo anterior, abordamos las bases de la efectividad como introducción hacia los hábitos positivos que pueden cambiar nuestra vida, por lo que en esta segunda parte, abordaremos otros conceptos de mayor complejidad, para los que emplearemos conceptos anteriores como base y así definiremos más en relación hacia donde queremos llegar. 

‍

Al llevar a cabo un trabajo interno consistente y real, lograrás renovarte y por lo tanto, conseguirás mejorar las distintas dimensiones de la vida, desarrollando y mejorando continuamente tus hábitos; lo que te permitirá utilizar a tu favor lo aprendido durante el desarrollo de tu carácter y por ende, estarás listo para enfrentar las distintas situaciones de manera positiva y correcta.  

Cómo desarrollar mayor efectividad en nuestro hogar y trabajo

Primero que nada, observemos y reconozcamos el verdadero núcleo de cada hábito, reflexionando en torno a un principio, es decir, la realidad actual de algo.  Los principios son leyes naturales que podemos aplicar para nuestra vida, siguiendo comportamientos y reglas que nos permitan hacer lo mejor posible con nuestras herramientas, aplicando el desarrollo de la mente, para la utilización de dichas herramientas y el afrontamiento de una serie de situaciones determinadas. 

‍

Los hábitos no se pueden fingir, por lo que no se puede fingir el verdadero crecimiento y desarrollo personal, pues al hablar de ello, estamos hablando de principios y realidades, no sobre tener el control ni ser los maestros de nuestro destino. Démonos cuenta de que los principios que seguimos, son los que rigen nuestra vida y nuestro destino.

Principios y paradigmas 

Los principios que seguimos, nos gobiernan más que nuestros valores sociales; por lo tanto, debemos ser conscientes de que nuestras acciones generan consecuencias. Los principios son muy importantes, pues partimos de ellos al realizar una serie de acciones que pueden resultar beneficiosas para nosotros, o afectarnos en función de las motivaciones con que fueron tomadas y la orientación positiva o negativa que le damos a éstas.

La palabra paradigma, es un término científico que se refiere a la imagen que tienes en tu mente sobre cómo son las cosas; este concepto viene de nosotros, nuestras experiencias y las suposiciones que hacemos con base en esas vivencias.  No vemos el mundo como es, si no como somos nosotros mismos; creemos que la realidad es como nosotros la vemos, de acuerdo a nuestras descripciones, mismas que están influenciadas por nuestra historia de vida y la experiencia que tenemos hasta ese momento, nuestro marco de referencia, visión del mundo, sistema de valores y autobiografía. Al observar a otros o al mundo, me describo a mí mismo realmente y proyecto esa descripción hacia el exterior.

‍

La actitud y el comportamiento fluyen desde nuestro paradigma, desde nuestra percepción de la realidad. Podemos cambiar el comportamiento desde el cambio de un paradigma, es decir, cambiar cómo se ven a sí mismos, pero ¿cómo se logra eso? Cambiando su rol. 

‍

Cambiando paradigmas y rememorando lecturas anteriores 

En artículos anteriores, relacionados con los hábitos atómicos y el best seller donde se describen estas técnicas, tocamos de distinta manera el tema del paradigma, ejemplificando esta situación con una persona que se identifica a sí misma como “fumadora” y comenta que “intentará dejar de fumar”, en cambio, se recomienda cambiar o modificar este concepto a quedar como alguien “que no fuma” y que en su momento, “dejó de fumar”, una interesante coincidencia entre dos lecturas relacionadas con el mismo tema: El cambio y la modificación de hábitos, desde el cambio de pensamiento y autoconcepto. 

‍

Al cambiar, ser padres, crecer laboralmente, uno ve el mundo de forma diferente. Cambiemos la definición de nosotros mismos y nuestro rol en la vida. 

Una vez entendido lo es paradigma y lo que es un principio, podemos buscar a avanzar hacia altos niveles de efectividad, logrando dar saltos cuantitativos de efectividad. 

Aprendamos a no usar la palabra éxito con valores de connotación social, que nos llevan a creer que el éxito es tenerlo todo, por ello es mejor que usemos la palabra efectividad, misma que no estará tan influenciada por nuestros paradigmas o preconcepciones. 

‍

¿Qué es la efectividad?

Efectividad es lograr lo que quieres, y lograrlo de forma que puedas hacerlo una y otra vez, obteniendo la ventaja de continuar produciendo resultados. 

‍

Desarrollemos nuestra mente, mantengámonos actualizados en nuestro campo, siendo efectivos con nosotros mismos y alcanzando un balance que nos permita ser efectivos.  No desatendamos un área de nuestra vida por atender el resto, restando importancia a lo que debe tener su importancia, no quebremos la confianza de quienes nos rodean haciendo sentir descuidado o traicionado al otro. La efectividad es un concepto que abarca las distintas vertientes de la vida y que podemos aplicar como mantra de vida. 

Con esta lectura, podemos cerrar la introducción de los distintos conceptos, para poder mejorar nuestra calidad de vida y avanzar en el reforzamiento de nuestros valores personales. Te invitamos a continuar leyendo nuestro blog Voybien.com, donde encontrarás todo tipo de información orientada hacia la psicología positiva, control de ansiedad y crecimiento personal. ¡Hasta pronto!