Primero que nada, debemos definir nuestro concepto de efectividad y asociarla al correcto manejo de nuestro día a día, mejorando y trabajando en nuestro crecimiento personal de manera consciente, pues empleando y conociendo la efectividad, podremos dar un paso hacia  adelante si deseamos aplicarla como regla de vida. 

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La efectividad con nosotros mismos y los demás, tiene que ver con nuestro carácter individual, es decir, es decir, la manera en que nos enfrentamos a retos del día a día y nos anteponemos a las distintas situaciones, especialmente a las que pueden ser complejas de resolverse o que requieren un especial empeño, una especial atención o simplemente la demostración del carácter que mencionamos antes. 

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Una vez que hayamos concretado el concepto de efectividad y lo hayamos llevado a la práctica, podremos lograr una vida más gratificante, con relaciones más significativas, pacíficas y funcionales. 

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¿Por qué es importante mejorar mis hábitos?

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Mejorar nuestros hábitos, nos ayudará a conducir la vida de manera efectiva y exitosa, logrando nuestros objetivos y perfeccionando la manera en que llegamos a ellos; sin embargo, debemos reconocer este camino como un proceso de crecimiento y desarrollo personal e interpersonal que requiere una buena cantidad de paciencia, sobre todo hacia nosotros mismos, eso sin olvidar el esfuerzo continuo que se requerirá por un largo periodo de tiempo, pero nos permitirá incrementar nuestra capacidad de conseguir objetivos y mejorar nuestras relaciones en general. 

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Redefiniendo conceptos

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Reconozcamos y definamos un hábito como la intersección del conocimiento, habilidad y deseo; donde el conocimiento es el componente teórico (qué hacer y cómo hacerlo), la habilidad también implica el cómo hacerlo, pero con un lado motivacional de querer hacerlo, que es la habilidad. 

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Hay que tener un sentido común organizado, que nos permita lograr nuestros objetivos; por lo que deberemos enfocarnos en los cambios consistentes que podemos hacer para desarrollar nuestros mejores hábitos, es decir, los más funcionales, positivos y necesarios para mejorar nuestro diario vivir. 

En 1976, Stephen R. Covey, estudió la idea del éxito y cómo ha evolucionado. Su principal hallazgo, fue que en los primeros 150 años de su investigación, casi toda la literatura se enfoca en el carácter, definiendo el mismo como la integridad, fidelidad, coraje, responsabilidad y justicia. Debido a una diversidad de razones, este enfoque cambió hacia la técnica y el uso de tecnologías, por encima de los principios, dirigiendo el concepto hacia parecer, más que ser.

La ética: Una herramienta para direccionar nuestras habilidades

Las personas sabemos cuando no nos hemos comprometido con un asunto, como deberíamos o como esperamos hacerlo, y a veces basamos esa perspectiva en los otros y no en nosotros mismos. Es importante pulir nuestro autoconcepto, porque de esa manera podremos entender y razonar cuándo y en qué estamos fallando, lo anterior, nos ayudará a pulir una ética del carácter, por encima de una ética de la personalidad

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A veces nos centramos en aprender cosas que otros van a ver o reconocer de nosotros, en lugar de comenzar  de adentro hacia afuera y desarrollar nuestro carácter, por lo que trabajar el mundo interior y el autoconcepto, es sumamente importante. De hecho, dentro de nuestro Blog, tenemos una serie de artículos relacionados con el ejercicio de la autoestima y el mundo interior, que se traduce en una mejor autoestima y un carácter más trabajado. 

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De la dependencia a la independencia 

La dependencia significa que necesitamos que otros consigan lo que queremos, que otro den la cara por nosotros; mientras que la independencia, quiere decir que estás libre de influencias externas, del control y apoyo de otros, consiguiendo tus propios logros de acuerdo a tus capacidades, sin necesidad de requerir siempre que alguien abanique u orqueste tus logros. 

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La mayor madurez alcanzada, la manejaremos como la interdepencia, pensando en un novedoso enfoque donde lograremos lo que necesitamos, de la mano de otros, pero a través de equipos, es decir, logrando lo que cada uno quiere mediante ese trabajo personal, combinando habilidades que nos permitan lograr nuestras más altas metas y sacando provecho, por supuesto, al carácter que habíamos mencionado anteriormente, un carácter que nos permita manejar equipos y crear alianzas, sin caer en el individualismo ni en la dependencia. 

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Al tener una buena medida de independencia, lograremos pensar y ganar; entender antes de ser entendido y hacer sinergias que nos permitan mejorar nuestras relaciones con los demás, y por lo tanto alcanzar un mayor éxito, utilizando comunicación, trabajo en equipo y cooperación creativa, a nuestro favor, empleando nuestra personalidad y habilidades a nuestro favor.

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Para continuar abordando esta lectura, te invitamos a consultar nuestro segundo artículo referente al tema, mismo que encontrarás en el Blog de Voybien.com. 

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