De la mano del artículo anterior, relacionado con nuestra necesidad de suponer y cómo esta afecta las relaciones humanas, daremos pie a una lectura relacionada con el autoconcepto, el autoconocimiento y la identidad, puesto que este será el punto de partida para reconocer si el concepto que tenemos de nosotros mismos, puede estar relacionado con la forma en que percibimos los estímulos externos, como interpretamos actitudes de otros y cómo manejamos nuestras relaciones personales. 

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Retomando puntos anteriores, reflexionemos en torno a que como ser humano con una serie de cuestionamientos activos, quizás necesites más datos o dejar de mentirte a ti mismo sobre lo que verdaderamente quieres, pues ello solo nublará tu entendimiento y te alejará de una conexión verdadera y fortalecida contigo mismo. 

Las relaciones humanas y el autoengaño

Cuando inicias una relación con alguien que te gusta, quieres justificar por qué te gusta y dejas de ver algunos defectos en la persona porque solo ves lo que quieres ver, niegas que algunos aspectos de esa persona, no te gustan, te mientes a ti mismo con el único fin de sentir que tienes razón, después haces suposiciones y una de ellas puede ser “mi amor cambiará a esta persona”, pero eso no es verdad, tu amor no cambiará a nadie, pues si las personas cambian es únicamente porque quieran, no porque tú puedas cambiarlas. Este fragmento de la lectura, me lleva a reflexionar como la suposición va de la mano del autoengaño, y como estas dos, pueden nublar la comunicación, incluso con uno mismo. 

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Más adelante ocurre algo entre ustedes dos y te sientes dolido. De pronto ves lo que antes no veías, pero ahora está amplificado por tu veneno emocional y entonces justificas tu dolor emocional, echándole la culpa a los demás. Responsabilizarnos sobre nuestros actos y sentimientos, nos ayudará a tener una vida emocional y personal más madura, donde identifiquemos nuestros puntos fuertes y débiles. 

Otras reflexiones necesarias

No es necesario que justifiquemos el amor, pues está presente o no lo está. El amor verdadero es aceptar al otro tal y como es, sin tratar de cambiarlo, pues si intentas cambiarlo es porque en realidad no te gusta; entonces, si decides vivir con alguien y llegas a ese acuerdo, es mejor que la persona sea como tú quieres que sea, o lo que te gusta, en lugar de tomar a alguien y querer cambiarlo, porque eso generará conflicto continuo y dificultará la relación con esa persona. 

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Un consejo útil, basado en la lectura “Los cuatro acuerdos”, es el siguiente: Encuentra a alguien a quien no tengas que cambiar en absoluto, pues resulta mucho más fácil hallar a alguien que ya es como quieres que sea, que intentar cambiar a una persona. Lo mismo debe ser desde el otro ángulo, es decir, esa persona debe quererte a ti tal y como eres, para que no quiera hacerte cambiar en absoluto y por lo tanto, no se de lugar a conflictos, sensaciones de vacío y una serie de problemas en la autoestima, causados por la dificultad en las relaciones o la desaprobación de un individuo hacia el otro dentro de la relación. 

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Debemos ser quienes somos, de modo que no tengamos que presentar una falsa imagen: “Si me amas tal como soy, muy bien, tómame. Si no me amas tal como soy, muy bien, adiós. Búscate otro”  

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Quizás suene duro pero este tipo de comunicación significa que nuestros acuerdos son claros e impecables. Si bien es cierto que las relaciones no deben “tirarse a la basura”, y se debe luchar por ellas, también debemos detectar temas que generarán conflicto a largo plazo, así como una inminente separación; por ello es necesario entender cuándo es el mejor momento para distanciarse de una relación que a largo plazo no podrá darse de manera correcta. La asistencia psicológica y la introspección, nos ayudará a discernir entre el concepto de luchar y buscar que una relación funcione a toda costa, desde la codependencia y la autoestima no trabajada o una relación que presenta características negativas desde un principio y saber desapegarnos. 

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Aprendiendo a preguntar

Imagínate el día que dejes de suponer cosas sobre tu pareja y a la larga de cualquier otra persona en tu vida. Tu manera de comunicarte cambiará por completo y tus relaciones ya no sufrirán más a causa de conflictos creados por suposiciones equivocadas.

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La manera de evitar las suposiciones es preguntar. Asegúrate de que las cosas te queden claras y si no comprendes alguna, ten el valor de preguntar hasta clarificar lo más posible  e incluso entonces, no supongas que lo sabes todo sobre esa situación en particular, pues una vez que escuches la respuesta, no tendrás que suponer porque sabrás la verdad. 

Asimismo, encuentra tu voz para preguntar; todo el mundo tiene derecho a contestarte y los demás tienen derecho a preguntarte y tú a contestar. Si no entiendes algo, en lugar de suponer, pregunta y se claro.

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Cuando dejes de suponer, te comunicarás con habilidad y claridad, libre de veneno emocional. Cuando ya no hagas suposiciones, tus palabras se volverán impecables, es decir, con una comunicación clara tus relaciones cambiarán. No será necesario que hagas suposiciones porque todo se esclarecerá: “Esto es lo que yo quiero, esto es lo que tú quieres.” Una comunicación impecable.

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Al mejorar nuestra comunicación, evitaremos grandes conflictos humanos y una serie de problemáticas. Decirlo es fácil, pero comprendo que hacerlo es difícil, porque muy a menudo hacemos exactamente lo contrario. Tenemos todos esos hábitos y rutinas de los que ni tan siquiera somos conscientes. 

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Tomar conciencia de estos hábitos y comprender la importancia de este acuerdo es el primer paso, aún insuficiente, tan solo una semilla en tu mente; sin embargo, actuar una y otra vez, fortalece tu voluntad y nutre la semilla para que el nuevo hábito se desarrolle. Tras muchos intentos, estos acuerdos formarán parte de tu vida y te convertirán en una persona más positiva, que utilice palabras para crear, dar, compartir y amar.

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Si haces un hábito de este acuerdo, transformarás tu vida. Cuando transformas tu realidad, lo que necesitas llega con gran facilidad, obtienes espiritualidad, amor, gratitud y una buena vida. El objetivo de la existencia, es una libertad personal a la que puedes llegar con este esquema. 

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Si quieres saber un poco más sobre la importancia de los hábitos, te invitamos a leer nuestra serie de artículos publicados en VoyBien.com, como “La transformación a través de los hábitos”, “Pequeños cambios, grandes diferencias”, entre otros que publicaremos durante el mes y están enteramente enfocados al manejo de tus hábitos. 

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