Anteriormente hemos mencionado la importancia de los acuerdos personales y los hábitos del día a día; esto, más tarde, se traduce en un desarrollo humano y calidad de vida en función a dichas costumbres.

Es importante autorregularnos, tomar en cuenta lecturas en torno a nuestro desarrollo personal y sobre todo, enfocarnos desde la atención psicológica, hacia una mejor versión de nosotros mismos, manteniendo y potencializando virtudes, al tiempo que trabajamos de manera activa en nuestras áreas de oportunidad.

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Es necesario resolver y entender todas las vertientes de nuestra vida, por lo que para permitirnos dicho autoanálisis, deberemos explorar las reacciones de nuestra mente a través de la terapia psicológica, eliminando prejuicios y permitiéndonos pedir ayuda cuando es necesario, pues generalmente acudimos a especialistas cuando tenemos temas médicos, mecánicos, del hogar, entre otros. Por lo tanto, si hablamos de las reacciones de la mente, es importante acudir de la misma manera, a un especialista que nos pueda guíar. 

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Reflexiones sobre los acuerdos personales

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El día de hoy, a diferencia de contenidos anteriores, hablaremos sobre un nuevo consejo eje en la vida, donde no solo reflexionaremos sobre los acuerdos personales y el efecto que éstos tienen a largo plazo, si no que aportaremos un nuevo consejo útil, que de la mano con nuestros otros tres consejos basados en el libro “Los cuatro acuerdos”, pueden ser muy positivos si se busca alcanzar un desarrollo a mediano y largo plazo. 

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Además claro, de que como ya mencionamos, la terapia psicológica, aunada a lecturas con un enfoque humano, puede llegar a potencializar el efecto positivo que el hablar con un especialista, tenga sobre nosotros. Inclusive, muchos terapeutas, sugieren este tipo de lecturas a sus pacientes, especialmente cuando se busca un desarrollo personal o se tiene una preferencia por lecturas con enfoques filosóficos.

Haz siempre lo máximo que puedas

Permite que los otros acuerdos se conviertan en hábitos profundamente arraigados; es decir, para avanzar en torno a este consejo, será necesario releer nuestros artículos anteriores, utilizándolos como precursores de este último y sobre todo, de nuestro desarrollo personal. 

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Dicho lo anterior, continuamos: Bajo cualquier circunstancia, haz siempre lo máximo que puedas. Este concepto puede variar, lo cual es natural, pues tú, como ser vivo, tienes la tendencia a cambiar, esto en la medida que experimentes la vida y el abanico de emociones que emanan de ella. 

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A veces lo máximo que hagas, tendrá una gran calidad y a veces no tanto, hablando por ejemplo del rendimiento durante el día, dependiendo de tu energía, de si estás sano o enfermo. Tu rendimiento dependerá de que te sientas de maravilla y feliz o disgustado, enfadado o celoso. 

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Por ello, aquí se mencionan dos temas importantes: Primero, el hecho de que debemos trabajar desde adentro en nuestras emociones y rendimiento personal, permitiéndonos conocer aquellos comportamientos, hábitos o circunstancias que puedan traducirse como autodestructivos o que simplemente saboteen nuestro desarrollo; mientras que por otro lado y en contraposición con el artículo en general, debemos cuidar el no caer en una excesiva autocompasión, pues aunque la compasión hacia nosotros mismos, es muy saludable, la comodidad en exceso puede llegar a afectar nuestra vida de manera negativa. 

Definiendo mi “máximo”

En tus estados de ánimo diarios, lo máximo que podrás hacer, cambiará de un momento a otro, de un día a otro, y de una hora a otra. También cambiará con el tiempo, a medida que vayas adquiriendo hábitos y trabajando en tu persona, pues finalmente, tu rendimiento será mejor de lo que solía ser.

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Independientemente del resultado o la energía con la que cuentes en el día o momento específico, sigue haciendo lo máximo que puedas, siempre. 

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Si intentas esforzarte demasiado, haciendo más de lo que puedes, gastarás energía y al final, tu resultado no será excelente, solo vas a agotar tu cuerpo e ir contra ti, y por ende, resultará más difícil alcanzar tus objetivos. 

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Entonces, es importante el autoconocimiento, autorregularte y no ejercer una presión excesiva o muy baja sobre tu persona, manteniendo un control, monitoreando tus reacciones a los distintos niveles de presión y acomodando los resultados y las exigencias hacia una comodidad saludable. 

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Para terminar, te invitamos a continuar con la segunda parte de este artículo, además de invitarte también a leer los artículos que se encuentran en nuestro blog, pues contamos con una variedad interesante y relacionada con temas de autocompasión, mejora de hábitos y cómo evitar caer en la autocompasión excesiva. 

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