Para adentrarnos un poco en el tema a tratar, debemos analizar si conocemos o hemos escuchado antes los conceptos de “autocuidado” y “autoestima”, pues para poder profundizar sobre ellos, es necesario verificar que nuestros conceptos estén en orden y sobre todo, nos permitan avanzar hacia una mayor teoría al respecto.

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Primero que nada, dos preguntas: ¿Qué es la autoestima para ti? ¿Habías escuchado el concepto de autocuidado?

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El autocuidado se refiere al trato que nos ofrecemos en diversas cuestiones: Físicamente, el cuidado de nuestras emociones, las elecciones de pareja y amigos, la atención que le damos a nuestro espacio y una serie de hábitos y costumbres que pueden favorecer o perjudicar el concepto de autocuidado, pues debemos recordar, que al tratarse de “cuidado”, está inclinado hacia lo positivo, hacia mantenernos y protegernos a nosotros mismos.

Relación entre autoestima y autocuidado

Una vez entendido el concepto anterior, podemos avanzar a reflexionar sobre la relación entre nuestra autoestima y los cuidados que tenemos hacia nosotros mismos. Digamos que la autoestima es como un barril, que poco a poco iremos llenando con gestos positivos o vaciándolo con gestos negativos, el lado positivo, lo iremos reforzando en las ocasiones donde nos elijamos por encima de personas o situaciones que para permanecer a nuestro lado, requieran sacrificar nuestra dignidad. La autoestima se verá reforzada con pequeños gestos de amor propio, es decir, cuidando nuestro aspecto físico, nuestra salud mental, permitiendo una vida rica en el sentido espiritual o compartiendo el tiempo con amistades positivas, que permitan que crezcamos y desarrollemos nuestro mayor potencial. 

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Pero: ¿Cuál es la relación entre la autoestima y el autocuidado? Muy simple, mientras mejor manejemos el tema del autocuidado, mejor trabajada estará nuestra autoestima; ésta es una relación similar a la de la depresión y el tratamiento terapéutico para tratarla, formado por una serie de actividades y lecturas normalmente indicadas por especialistas de la psicología, mediante las que se busca mejorar la salud mental del paciente, avanzando poco a poco mediante actividades y tratamientos que a la larga logren una mejora casi completa; por ello reflexionemos que el autocuidado y la autoestima, son responsabilidades nuestras como individuos y la autoestima, será siempre resultado de criterios de autocuidado. 

¿Cómo mejorar mi autoestima? 

La autoestima, como mencionamos antes, es un concepto resultante de la forma en que nos tratamos a nosotros mismos, aunado a otros criterios, como la forma en que fuimos tratados en una primera infancia o en edades un poco más avanzadas, nuestro diálogo interno, nuestro entorno social y vida familiar, entre otros esquemas específicos de cada uno. 

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Para mejorar la autoestima, se sugiere, primeramente recurrir a la asistencia psicológica, la lectura activa de materiales científicos que nos permitan tomar el camino óptimo hacia la mejora y cambiar una serie de pequeños hábitos diarios, que a la larga pueden resultar muy significativos para el desarrollo personal.

Tips para mejorar mi autoestima: 

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• Identifica comportamientos, personas o lugares donde no te sientas cómodo y en los que notes desmotivación. Procura evitarlos o reducirlos. 
• Mantén un ciclo de sueño y alimentación lo más limpios posible; si se te dificulta, puedes comenzar cambiando tan solo un criterio, después otro y así continuar en aumento.
• Evita el uso excesivo de redes sociales o teléfono celular y sustituyelo por actividades que te permitan sentirte más presente en el día a día. El mindfulness puede ser una gran opción para complementar este punto. Si no conoces o tienes dudas respecto a este concepto, te invitamos a leer nuestro artículo al respecto. 
• Incorpora la actividad física a tu vida, pues está comprobado que una hora de natación activa al día, funciona como un antidepresivo natural; además de que te ayudará a mejorar tu estado físico y tu estado de ánimo. 
• Incorpora una serie de rituales o actividades de autocuidado adaptados a tu persona, es decir, espacios y tiempos donde puedas realizar actividades que te agraden, que te hagan sentir suficiente y agradado contigo mismo. Las rutinas de noche, los baños largos, el tiempo dedicado a mirar series o películas en televisión como recompensa después de una larga jornada de trabajo, son ejemplo de dichos rituales. 
• Establece límites sanos en tus relaciones humanas y llévalos a cabo, es decir, delimita espacios hacia los que la gente no deba avanzar, y mantente fuerte ante cada prueba.
• Evita las acciones autodestructivas, criterios de adicción o cualquier otro comportamiento que pueda comprometer tu salud mental. Si no estás seguro de cómo lograrlo, puedes recibir atención psicológica a través de nuestros terapeutas en línea.

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Si te interesa conocer más sobre temas de salud mental, te invitamos a continuar leyendo nuestro blog y compartiendo con nosotros a través de redes sociales. ¡Hasta pronto!

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